Una terraza frente al mar, rodeada de madera cálida, vidrio, el sol y una brisa suave, transmite una sensación de paz, conexión con la naturaleza y sofisticación. En cambio, al transformar ese mismo espacio con materiales diferentes como concreto gris, aluminio pulido y tonos fríos, el ambiente se vuelve más rígido y distante. ¿Cuál de estos dos ambientes te haría sentir más relajado? ¿En cuál preferirías pasar más tiempo?
Lo que ocurre en este espacio es mucho más que una cuestión de gusto; está profundamente influenciado por la psicología de los materiales y los colores. Los materiales como el aluminio, la madera, el vidrio o la piedra tienen un poder de transformar completamente la atmósfera de un espacio exterior, influyendo en cómo nos sentimos, cómo percibimos el entorno y cómo interactuamos con él.
Vamos a descubrir cómo funciona esto.
El poder oculto de los materiales
Si bien solemos pensar que el diseño de exteriores se basa únicamente en la estética, hay una profunda conexión entre los materiales que elegimos y las emociones que experimentamos. Esto es lo que estudia la psicología ambiental, un campo que analiza cómo los elementos que componen nuestro entorno afectan nuestra salud mental y bienestar. Según un estudio realizado por la Universidad de Harvard, los entornos bien diseñados y armoniosos pueden reducir el estrés, aumentar la productividad y mejorar el estado de ánimo general.
Hablemos de algunos materiales…
El aluminio:
El aluminio es uno de esos materiales que, al ser usado en espacios exteriores, tiende a transmitir una sensación de ligereza, de lo nuevo, de lo vanguardista.
Durante el siglo XX, este metal se convirtió en sinónimo de progreso y modernidad, especialmente en la construcción de edificios de gran altura y en la arquitectura de estilo internacional. Esta asociación con la modernidad sigue vigente hoy en día, donde el aluminio, junto con el vidrio, es uno de los materiales favoritos en el diseño de fachadas y estructuras minimalistas.
La madera
Específicamente, la madera de teca es venerada por su incomparable resistencia y durabilidad. A lo largo de los años, ha mantenido su estatus como un verdadero símbolo de lujo y elegancia, especialmente en el diseño de exteriores.
Este material tiene la capacidad de transmitir un mensaje claro: aquí es un lugar para relajarte, para conectar con la naturaleza. Su tono dorado o marrón cálido evoca una sensación de calma. Y se ha demostrado que los materiales naturales, como la madera, tienen un efecto positivo en nuestra salud mental.
Lona:
La lona es uno de los materiales más versátiles y funcionales para espacios exteriores. Empleada en toldos, sombrillas y cubiertas de jardín, no solo proporciona protección contra el sol, sino que también tiene un impacto psicológico significativo. El impacto de los colores en nuestro bienestar ha mostrado que cada tono está relacionado con una percepción particular, capaz de influir en nuestra experiencia con el entorno que lo rodea.
La lona ofrece una oportunidad única para introducir colores vibrantes en el entorno exterior. La amplia variedad de colores y texturas, permite crear ambientes exteriores que van desde lo cálido y acogedor hasta lo alegre y energético.
Vidrio:
Desde su auge, el vidrio ha simbolizado la transparencia, la pureza y la claridad. Su uso en espacios exteriores contribuye a una sensación de amplitud y frescura.
Al permitir el paso de la luz natural, crea una atmósfera abierta y aireada, creando espacios con abundante luz que influye en el bienestar emocional de las personas, promoviendo la sensación de serenidad y relajación. Esto es aún más relevante en la arquitectura contemporánea, donde las paredes de vidrio se han convertido en una característica esencial para crear una conexión visual con el entorno exterior.
Concreto
Uno de los materiales más antiguos y fundamentales en la arquitectura, es también uno de los más psicológicamente complejos. Aunque se asocia con la solidez y la permanencia, puede también ser un material cálido y flexible.
En la década de 1950, se utilizó para crear formas escultóricas y monumentales. Hoy en día, el concreto sigue siendo utilizado, pero en formas más estilizadas y minimalistas.
Piedra:
La piedra, el material más antiguo en la historia de la humanidad, ha sido utilizada en monumentos, castillos y ciudades a lo largo de milenios.
Hoy en día, los arquitectos contemporáneos valoran la piedra tanto por su durabilidad, como por su relación simbólica con diversas culturas, que la asocian con el fortalecimiento del espíritu y la conexión con el pasado.
En sus múltiples formas y colores, la piedra puede transmitir una sensación de confianza, serenidad y armonía con la naturaleza.
Ladrillo:
El ladrillo, con su color rojo o terracota, ha sido durante mucho tiempo un material de referencia en la construcción de hogares y diseño de espacios exteriores en ciudades tradicionales. De hecho, han demostrado que los espacios construidos con ladrillo ofrecen una sensación de calidez, confort y familiaridad, lo que contribuye al bienestar emocional de sus habitantes.
Así podemos concluir que, los materiales que elegimos para nuestros espacios exteriores cumplen su función práctica, pero también son agentes silenciosos que moldean nuestra experiencia del entorno.
La próxima vez que estés rodeado de estos materiales, recuerda que, más allá de su apariencia, están trabajando en segundo plano para crear un ambiente que impacta tus emociones y tu estado de ánimo.