El ADN de la marca es la esencia de cualquier proyecto comercial. Es lo que define su identidad y razón de ser y lo diferencia de los demás. Por lo tanto, antes de comenzar a diseñar, debemos comprender la historia, atributos y personalidad de la marca. Debemos entender a quién se dirige y qué quiere comunicar.
Una vez que entendamos esto, podemos comenzar a estructurar el proyecto. Y a diseñar los espacios interiores y exteriores que reflejen la identidad de la marca. Podemos también, seleccionar los colores, los materiales y los muebles que se alineen con la estética y de esta manera crear una experiencia de compra que sea coherente con la promesa de valor.